http://www.youtube.com/watch?v=CzRDseCmqW0
Antes y seguro que desde mucho más antes, los hombres de nuestros pueblos, solían
enamorar a las mujeres con poesía, música y canto o solían partir, también,
desdichados o despechados del amor de una ingrata. La cultura era (aunque
todavía lo es), machista, sincera, profunda y más musical y poética.
Se llamaba serenata,
al encuentro musical que se daba, siempre de noche, frente a la casa de la
muchacha que querían, pretendían o amaban a riesgo del posible rechazo de ella
o de cierta incomodidad del vecindario; y solían tener más encanto y enigma
cuando se daban amparados en la oscuridad de la noche y otra a la luz de la
luna, es que no toda la vida en nuestros pueblos existió la energía eléctrica.
Por ello, para los
jóvenes, hablar de serenatas de amor, es literatura pura, fábula, ficción de un
"amor romántico" inexistente o en el mejor de los casos responden a la
época de matusalén. Más aún, si el relato incluye la descripción de
acontecimientos casi inverosímiles del actuar de algunos padres o de los
serenateros.
Me contaban, que los
temas que no tienen autoría, por lo general fueron creados en noches de
serenata, en noches dedicadas al amor por venir, al amor imposible, al amor
platónico, al amor traicionero, son una muestra estas letras que comparto:
SUFRIR Y LLORAR
Las prendas del corazón
Las prendas del corazón
las dejo en tu poder
si no las conservas tú
si no las conservas tú
yo las sabré mantener
porqué ya no he de volver
Mañana cuando me vaya
porqué ya no he de volver
Mañana cuando me vaya
llorarás si me has querido
te alegrarás de mi ausencia
te alegrarás de mi ausencia
si tú me has aborrecido
porque ya no he de volver
Todo miro , sufro y callo
porque ya no he de volver
Todo miro , sufro y callo
porqué tan desgraciado soy
pero tan conforme estoy
pero tan conforme estoy
con este mal tan injusto
porqué ya no he de volver
porqué ya no he de volver
Fuga:
Manas rimaychu, chay ingrataqa
Manas rimaychu, chay ingrataqa
Manas rimaychu, chay
ingrataqa
Kaynacha imaipas
karqa,
Kaynacha imaipas
karqa
Manacha kunanta
wanchu.
DESDE TU SEPARACION
(Yaraví-Arequipa)
Desde tu
separación
La tristeza no me
deja
Olvidar quisiera
mientras
Pero el corazón
se queja.
Estribillo
Siempre vivo
padeciendo
Pesares,
melancolías
Y llorando noche
y día
Por tu amable
compañía.
Desengáñate bien
mío
Mira que muero
por ti
Acabad con mi
existencia
Si en amarte te
ofendí.
NOCHE SILENCIOSA
(Huayno
Cajatambino)
Noche silenciosa
Descanso del
sueño
Cuando el amor
duerme
Olvida su dueño
Has que estás
soñando
Piensas olvidarme
Mira que me
tienes
Parado en tu
puerta.
Leonsu taytayi
Tigrisun mamayi
Claro wilalamay
Ma shamunapa
Asi leonpita, asi
tigripita
Munarmi
apashgayqui
Pistola en la
mano.
Fuga
Rosas huayta
Clavel dorado
ese tu orgullo
no durará.
DESPIERTA NEGRA DEL ALMA
(Huayno- sureño- cantado en
Distintos lugares del sur, en diferentes
Estilos)
Despierta negra
del alma
No duermas, no
duermas
Mira que tu fiel
amante
Te canta, te
canta
(te espera, te
espera).
A los rayos de la
luna
Despierta, no
duermas
No me tengas
padeciendo
Sin verte, sin
verte.
En la quietud de
la noche
Te canto, mi
canto
Como dulce
serenata
Para ti, te
canto.
No quisiera
retirarme
Sin darte un
abrazo
Abre tu puerta un
instante
Para despedirme
Fuga:
Arrieros somos en
el amor,
En el camino te
esperaré
Y si no vienes
preguntaré
Pues en la tumba
te esperaré,
Pues en la tumba
te encontraré.
JARDINERO
(Huayno del
centro del perú)
Mira, aquella
pampa
Mira aquellos
cerros
La noche ya cubre
su negro manto
Triste es el
silencio,
Rosita ya duerme
su dulce sueño
Y yo triste
padeciendo.
Jardin del
ensueño
Jardín del
encanto,
Tengo una herida
que sangra en mi
pecho
yo cultivé una
rosa
por eso me llaman
el jardinero
jardinero de las
rosas.
Fuga:
Así será mi cruel
destino,
Destino del
jardinero
Quién cultiva
rosas y flores
Aunque sangren
sus espinas.
PALMERO SUBE A LA
PALMA
(Tondero y resbalosa)
Palmero sube a la palma catay, catay
//o dile a la palmerita chumay, chumay (Bis)
que se asome a la ventana catay, catay
que mi amor la solicita chumay, chumay
palmero sube a la palma catay, catay
A la cara te miro pa' que me entiendas catay, catay
porque también los ojos sirven de lengua chumay, chumay
a la cara te miro pa' que me entiendas catay, catay
pa' que me entiendas madre si no llorara catay, catay
el corazón de pena también se seca chumay, chumay
rico, pero qué rico dame tu pico ay catay, catay
Resbalosa:
// Yo vivo triste y el corazón me duele
me duele tanto que ya no puedo más (bis)
no hay en el mundo un ser que me consuele
ni que mitigue mi dolor tenaz
no hay en el mundo un ser que me consuele
ni que mitigue, ni que mitigue mi dolor tenaz
Ven aquí ramo de flores, alivio de mi tristeza ay sí
//si a tu ventana negra del alma
llega el amante que te engañó
si te pregunta si estoy en casa
dile que no, siempre que no (Bis)
dile que no, siempre memorias que mando yo jajay
(Tondero y resbalosa)
Palmero sube a la palma catay, catay
//o dile a la palmerita chumay, chumay (Bis)
que se asome a la ventana catay, catay
que mi amor la solicita chumay, chumay
palmero sube a la palma catay, catay
A la cara te miro pa' que me entiendas catay, catay
porque también los ojos sirven de lengua chumay, chumay
a la cara te miro pa' que me entiendas catay, catay
pa' que me entiendas madre si no llorara catay, catay
el corazón de pena también se seca chumay, chumay
rico, pero qué rico dame tu pico ay catay, catay
Resbalosa:
// Yo vivo triste y el corazón me duele
me duele tanto que ya no puedo más (bis)
no hay en el mundo un ser que me consuele
ni que mitigue mi dolor tenaz
no hay en el mundo un ser que me consuele
ni que mitigue, ni que mitigue mi dolor tenaz
Ven aquí ramo de flores, alivio de mi tristeza ay sí
//si a tu ventana negra del alma
llega el amante que te engañó
si te pregunta si estoy en casa
dile que no, siempre que no (Bis)
dile que no, siempre memorias que mando yo jajay
Un ejemplo, es la que narra José María Arguedas, en su novela Todas las sangres (1964), como parte de aquel entramado conflicto que caracterizó al Perú de aquellos años, el amor que siente el mestizo Gregorio por Asunta de La Torre, hija de uno de los hacendados históricos de San Pedro de Lahuaymarca, en una sociedad de estructuras de clases muy diferenciadas, donde el pobre Gregorio tenía todas las de perder: no era nada agraciado, no tenía dinero (era chofer), ni era inteligente, era un sujeto simplón, pero tocaba el charango como ninguno.
La serenata que Gregorio le lleva
a Asunta es relatada de la manera siguiente por José María Arguedas:
“Gregorio
llegó a la puerta de la tienda de Asunta, ya vestido de indio. Había templado
finamente su charango. Le había echado una bocanada de aliento del fuerte
cañazo de Huanca a la caja, por el ojo del instrumento. Bebió dos largos tragos
de una pequeña botella y trasmitió al charango “su propio corazón” (…) Las
primeras notas, punteadas, del charango, alcanzaron todas las alturas y
profundidades. El ojo sano del músico brillaba, ahogaba en dichosa luz todo lo
que en Gregorio era vida (…) La voz de Gregorio, inconfundible, por grave e
intensa, fue llevada por el aire, hundiéndose en la materia de todas las cosas,
y repercutiendo de ellas, más enardecida y transparente (…) Esperó, tocando muy
bajo la melodía del huayno en las cuerdas del charango. La luz nocturna esperaba
con la música. La joven se acercó a la puerta; habló con voz clara:
__
Gracias, ¡Te creo! Anda, vete, anda, vete… Sí, Gregorio. Quizás después. ¡Anda,
vete! No soy de nadie.
__ ¡Dios mío! __exclamó el mestizo. E improvisó
sólo dos versos más:
El gavilán de noche llora,
llora el gavilán presintiendo el día…
Y
en impulso irrefrenable depositó en la rendija que había entre la puerta de
madera y la piedra del falso dintel, un paquete con seis mil soles. Escribió
con su letra muy torpe: “Perdón, señorita; perdón, pues; quizás me voy, quizás,
adónde”.
El desenlace de aquella serenata, que más bien fue una despedida de amor, fue la muerte de Gregorio en el interior de una mina de socavón, él, se mató para sabotear los planes de Cabrejos y para demostrar a Asunta que podía estar a su altura… “Yo tengo que ser grande para llegar a la altura de Asunta de La Torre”…
Esas eran las serenatas amig@s, que much@s
todavía podemos contarla, acorde al espacio y tiempo vivido y muchas porque así nos lo contaron…