HOMENAJE AL WAWQI ARGUEDAS

Sin duda, el reconocimiento y homenaje a José María Arguedas se ha iniciado y bien. Creo yo, que esto comenzó cuando nuestro Nobel Mario Vargas Llosa, recibe el premio y cita "...un compatriota mío, José María Arguedas, llamó al Perú el país de 'todas las sangres'. Eso somos y eso llevamos dentro todos los peruanos: una suma de tradiciones, razas, creencias y culturas procedentes de los cuatro puntos cardinales". Después de su Utopía Arcaica, estas palabras no hacen más que reconocer que Arguedas siempre aspiró una sociedad donde todos nos sintamos incluidos, no una sociedad indigenista, como intencionadamente siguen tildándolo, hasta ahora.

Será por ello que se ven homenajes en el mundo y sobre todo desde los cuatro puntos cardinales, un pensamiento, un sentimiento, una patria: el PERÚ. Es conmovedor y alentador saber que se le ha recordado en Regiones, gobiernos locales e instituciones diversas, incluido el Congreso. Siendo quizás una de las más sentidas, en el Perú, la realizada en la Universidad Agraria La Molina, lugar donde trabajó, quiso y murió; allí, además de rendirle sendos discursos y ofrendas florales en el Paraninfo, frente a su Busto, con danzantes de tijeras y zampoñas, se anunció la creación de "La Cátedra a Arguedas" y se sembraron 02 árboles de Pisonay, en el lugar donde se construirá dicha cátedra. Realmente, JMA se habría sentido feliz de verse rodeado de todas las sangres, con sus amigos, discípulos, gente de varios tiempos y sobre todo con gente joven que lo entiende y lo siente como a un maestro.

Sin embargo, de todos estos homenajes, que nos hicieron sentir vivos “Qepay Wiñay …siempre”, siento que es importante resaltar el rendido en cuba y vamos a compartido, por lo que voy a transcribir el texto leído por el poeta cubano Roberto Fernández Retamar, al inaugurarse la 52 edición de premio Casa de las Américas, que como sabemos esta vez ha sido dedicado a nuestro hermano José maría.

"La extraordinaria criatura que fue el peruano José María Arguedas"
Por: Roberto Fernández Retamar

Con más de media centuria cumplida, la Casa de las Américas no se cansa de crecer. En vísperas de su muerte, nuestra fundadora, la heroína Haydee Santamaría, por la importancia que había adquirido el área y lo insuficientemente conocida que era, hizo nacer el Centro de Estudios del Caribe. Ya existían a la sazón direcciones de la Casa dedicadas a la literatura, las artes plásticas, la música y el teatro, su biblioteca, su editorial y otros departamentos. Aparecerían después el Programa de Estudios sobre la Mujer, el Programa Memoria y el Programa de Estudios sobre Latinos en los Estados Unidos.
A partir de ahora, un nuevo Programa se ocupará de las culturas originarias de América: de toda América, incluyendo Canadá y los Estados Unidos. Se trata de abordar, como parcialmente habíamos hecho antes, las culturas de los descendientes de los únicos auténticos descubridores de lo que iba a ser nombrado América; y hacerlo teniendo en cuenta no solo su historia, sino sobre todo su vigencia. Por lo cual el anuncio de dicho Programa se enlaza con la obra de la extraordinaria criatura que fue el peruano José María Arguedas.
Mañana hará un siglo de su nacimiento, y hemos querido que este Premio le esté dedicado, al igual que otras faenas de la Casa. Junto a su labor etnológica, en la cual es patente la huella de su gran compatriota José Carlos Mariátegui, la obra literaria de Arguedas nos permite asomarnos al mundo quechua, en cuyo seno se formó inicialmente, gracias a lo que Ángel Rama, haciendo uso original de un concepto forjado por Fernando Ortiz, consideró «transculturación narrativa».
Fue para nosotros un honor haber contado con Arguedas, en 1968, como integrante del jurado del Premio Literario Casa de las Américas, lo que le permitió conocer Cuba, a la que se referiría en lo adelante con visible cariño. Ello se vio, por ejemplo, en el poema sobre nuestro país de su libro de versos en quechua Katatay, que editamos, al igual que su novela Los ríos profundos, la cual reeditaremos pronto, una Valoración múltiple de su obra y un disco con textos suyos leídos por él.
El cartel de este Premio remite a la lucha entre el cóndor y el toro que alude a su novela inicial, Yawar fiesta; y el Premio de narrativa con carácter honorífico que cada año concedemos lleva su nombre. Con mucha gratitud leímos los generosos comentarios que Arguedas hizo sobre algunos de los que trabajamos en esta Casa, en su libro póstumo El zorro de arriba y el zorro de abajo. (En relación con dicho libro no puedo dejar de mencionar que poco antes de suicidarse Arguedas envió una nota al amigo chileno Pedro Lastra para que hiciera llegar sendas copias de un doloroso pedazo de la novela, «¿Último diario?», a Ángel Rama y a quien les habla, sin duda para que lo publicáramos, como hicimos, en las revistas Marcha y Casa de las Américas.)

Hemos pedido al notable conocedor del mundo indígena y de Arguedas que es Stéfano Varese que en esta ocasión nos hable sobre ambos.
Por otra parte, José Martí había advertido que hasta que no se hiciera andar al indio no andaría bien América. Y bien: el indio ha echado a andar y forma parte esencial del gobierno de Evo Morales Ayma en el Estado plurinacional de Bolivia. Razón más que sobrada para que hayamos cursado una invitación al compañero Álvaro García Linera, vicepresidente de ese hermano país y uno de los intelectuales más brillantes con que cuenta hoy nuestra América, a inaugurar los trabajos de este Premio también creciente.
Tomado de La Ventana, Casa de las Américas.
Publicado por El Gaviero

Bueno y para terminar éste resumen de homenajes, como nos gusta, les adjunto música de don Raúl García Zárate, Edwin Montoya y Jaime Guardia, desarrollados en pleno homenaje en la UNALM y me comprometo a encontrar el tema de Edwin Montoya, Arguedas Ninchik, “nuestro Arguedas”, tanto en runasimi como en español y transcribirlo.

Judith

Entre danzas y melodías, camino al paraninfo universitario

Disertación del Dr. Rodrigo Montoya

En medio de éste sentido momento, tuvieron la oportunidad de coincidir 03 corazones cajatambinos: Zulema Quinteros, Cesar Reyes y yo, grato encuentro.

WAWQI ARGUEDAS - HERMANO ARGUEDAS

Para la mayoría de los peruanos, desde diversas posiciones, era tácito y justo que éste año se denomine “Año del centenario de Arguedas”, una muestra son las manifestaciones vividas al interior del país, Andahuaylas, Abancay, Ayacucho, Junín, Tacna, etc. Resaltando las opiniones departidas a través del internet. Además, ya en años anteriores se había honrado la memoria de Jorge Basadre (2003), Cesar Vallejo (1992), Inca Garcilaso de la Vega (1989), Faustino Sánchez Carrión (1987), e incluso de Santa Rosa de Lima.

Sin embargo, cuando Rodrigo Montoya nos dice en su blog: “el Apra no tiene ningún motivo para celebrar en serio, con un gran compromiso, el centenario del nacimiento de Arguedas, nunca tuvieron una relación ni siquiera saludable, para Sánchez, Arguedas era un indigenista y no entendió ni quiso entender que Arguedas rechazase tajantemente ese calificativo”, se entiende más fácil como un sector de aquellos que manejan el poder (señores), liderado por quien habría llanamente manifestado: “…la plata llega sola”, siguen ninguneando a estas naciones, desconociendo el clamor del pueblo, como siempre, tomando decisiones antojadizas, de conveniencia, armando alianzas o pidiendo devolución de favores para entre ratas, pericotes, cucarachas, conseguir el fin.

En estas circunstancias; para quienes hemos aprendido a querer de cerca a Arguedas, “un quechua moderno”, además hemos hecho nuestra la idea de Todas las Sangres, creemos en el cambio visto como un desarrollo multicultural, más humano, sostenible, equitativo, inclusivo; sus palabras ante el recibimiento del premio Inca Garcilaso de la Vega, suenan a presente, a vigencia y duele pero sigue siendo esperanzadora –“…La ilusión de juventud del autor parece haber sido realizada. No tuvo más ambición que la de volcar en la corriente de la sabiduría y el arte del Perú criollo el caudal del arte y la sabiduría de un pueblo al que se consideraba degenerado, debilitado o "extraño" e "impenetrable" pero que, en realidad, no era sino lo que llega a ser un gran pueblo, oprimido por el desprecio social, la dominación política y la explotación económica en el propio suelo… “.

Ese mundo oprimido, explotado y despreciado está, el muro que separa las dos culturas también y se rompe sólo cuando nos interesa: ¿elecciones? ¿Cuando hay que ejecutar políticas económicas y sociales que contradictoramente generan más pobreza, incluso en donde antes no había? (¿pobreza sostenible?.

Y pareciera que en esta oportunidad esos dos mundos se hubiera mostrado entre Hiram Bingham (señores, poder, gobierno, servil) y José María Arguedas (común, subordinado, pueblo, noble) y sabemos a quién se prefirió, dizque Machu Picchu. No se le niega los esfuerzos al primero que además, tuvo recursos económicos para sostener y ventilar parte de una gran cultura nuestra que a sus patrocinadores (inversionistas), más de 40,000 piezas arqueológicas le han dado muchos réditos durante 100 años y Machu Picchu en sí, gracias a la incapacidad de nuestros gobernantes hoy sirve, mayormente, a intereses extranjeros.

Se ha dejado de lado a José María, un escritor, etnólogo, antropólogo, ensayista, maestro que amó al Perú e hizo mucho por él y seguirá haciéndolo, por eso su pensamiento ha trascendido más allá de nuestras fronteras, sus obras se toman como referencia en prestigiosas instituciones de América del sur, América del norte y Europa. No por nada en Cuba, el 17 de Enero se inaugurará la 52 edición del Premio Literario Casa de las Américas 2011, el que será dedicado al centenario de nuestro José María Arguedas. Pero para la inteligencia de los gobernantes peruanos es conveniente, desconocer al referente más importante de la idea de una patria de Todas las Sangres, a quién visionariamente denunciara las actividades ilícitas efectuadas por grandes empresas en desmedro de la naturaleza y de nuestros recursos (zorros de arriba, zorros de abajo), que hoy fehacientemente se sabe funciona así y todo en colusión con los malos gobernantes y sus secuaces.

Nos sentimos indignados pero, basta ya que a nada conlleva, quienes después de tantos años la idea de Todas las Sangres aún no han hecho suya y expresan su voluntad soberana de seguir viviendo así, con mentalidad colonial, dejémoslos homenajeando al Zambo Cavero, bailando con Yaipen (no porque sean menos). Como decía mi padre, no le pidamos peras al olmo y hagamos sinergia con quienes tienen una agenda llena de celebraciones con muestras culturales diversas, todas las sangres. Sabemos que los homenajes siempre se le han rendido, sobre todo cada 02 de Diciembre, día en que nos dejara pero desde el pasado año son másivas, en las universidades, Colegios profesionales, Gobiernos Regionales (Ayacucho fue un ejemplo al inaugurar su año declarando que en allí se vive el año dedicado al centenario de Arguedas), gobiernos locales, clubes provinciales y distritales, instituciones culturales, medios de comunicación, artistas e instituciones internacionales también. Entonces, wawqi Arguedas, no somos pocos los que queremos seguir tu proyecto de romper el muro que aisla nuestras naciones...

Ahí estaremos hermanos, también durante el año...

Judith Quinteros

J.Ma. Arguedas
Hace unos años rindiéndole un homenaje a J.Ma. Arguedas, en la UNALM