Detrás de la revocatoria a Susana Villarán, no hay ideales noble de “mejorar la ciudad con una gestión capaz”, para nada, solo hay intereses, económicos y políticos, que diversos grupos de poder no quieren perder o quieren recuperar.
Por un lado, están los promotores, quienes buscan recuperar el propio municipio, que es un botín y además quieren frenar las denuncias que por corrupción se siguen haciendo; por otro lado está el APRA que busca sentar presencia en un escenario político donde casi están in visibilizados y Alan García, quiere volver a ser presidente y por último están una gran fuerza de “pobres, de izquierda” resentida, ex actores en el manejo de la parada, el transporte y otros.
Susana, desde un inicio, coherente con su campaña quiso ordenar y modernizar Lima trabajando con honestidad luchando contra la corrupción y esto es más fácil decirlo que hacerlo. En primera, chocó con intereses creados y mezquinos: la burocracia dañina que jugaba para su antecesor y sus propios compañeros, Valer y compañía, quienes borrachos de poder olvidaron el camino, saboteando así su trabajo.
Para nuestro conocimiento, La adjudicación de obras es un tema gravitante en toda gestión de gobierno. La experiencia advierte que es ahí donde se gestan los malos manejos. Para realizar las obras, las autoridades tienen dos caminos: la vía regular (OSCE) o mediante los organismos internacionales.
El conducto regular no es tan eficiente, las obras terminan alargándose, pero es más seguro y transparente. Una contratación puede demorarse tres veces más que las realizadas mediante organismos internacionales. La alcaldesa apostó desde el saque, por la vía regular, con Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), Contraloría y todo, de éste modo acabó con la intermediación de organismos
internacionales para la licitación, ejecución y supervisión de las obras.
Recuerdan cuando el ex alcalde Castañeda Lossio fue investigado por la millonaria suma que le pagó a la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) para la supervisión de obras?.
De acuerdo con el informe realizado por la gestión de Villarán, según Gerardo Saravia y Patricia Wiesse, sus antecesores pagaron una comisión de 3,5 % por cada obra. Fueron 180, las obras encargadas a la OIM, por lo que se pagó 43 millones de soles, dinero que dejó de percibir la Municipalidad.
Ahora,¿Hubo probidad en la relación con la OIM? Existen muchas sospechas que no, pero es muy difícil corroborarlas. Estos organismos tienen inmunidad diplomática y no pueden ser auditados. Por eso se dice que son la vía más propicia para la corrupción.
Castañeda Lossio ‘tercerizó’ cuanto pudo, se llegó al extremo de usar a los organismos internacionales hasta para alquilar una camioneta. Los mismos juicios se ‘tercerizaban’. Estudios jurídicos como el de Rosario Fernández se beneficiaron con muy buenos pagos por los casos que le llevaban a la Comuna mientras los abogados de planta recibían magros salarios.
Esta modalidad de gestión, ejercida por Lossio y CIA, debilitó tanto la administración edil, que casi el 90% de la contratación, ejecución y supervisión de obras fueron ‘tercerizadas’. Así, cuando entró Fuerza Social y tomó la decisión de fortalecer los órganos municipales, se encontraron con que estaban menguados y debían partir casi de cero. El aprendizaje demora y lamentablemente Villarán nunca se percató de que estaban jugando contra el reloj desde el primer día.
Esa gestión de Solidaridad Nacional, aunque el “mudo”, mudo sigue, que a distancia huele mal, hoy coludido con gente todos malolientes, es la que la sindica como incapaz, a Susana, luego de castrar capacidades a la propia gente de planta; y bajo un argumento simplón, la quieren revocar.
Mi padre solía decir, obra bien para que puedas dormir bien. Creo que Susana, con sus errores, obras y proyecciones, debe tranquila, en los brazos de morfeo, cada noche descansar, el sueño reparador. Las mujeres y varones que la hemos elegido, todos quienes creemos en la honestidad y la transparencia, como valores de cambio seguimos confiando en ella y su gestión y pedimos a todos no quitarle la oportunidad de completar su gobierno, motivados por la angurria de quienes han tenido su oportunidad y que hoy no los motiva el trabajo por una Lima diferente, su leit motiv son otros…
